Cómo piensan y actúan los caballos
- AlGalope
- 21 feb 2018
- 3 Min. de lectura

Los caballos desde luego piensan; no hay duda que para sobrevivir en estado salvaje durante millones de años han tenido que desarrollar la habilidad de pensar con mucha rapidez (aunque su reflejo de alarma inicial al percibir el peligro de un depredador sea más instintivo que el resultado de un pensamiento). Una vez percibido el peligro, deben dominar la situación rápidamente, y decidir si huir o no, o simplemente moverse para mantener alejado o repeler el peligro.
Algunos caballos se muestran más inteligentes que otros. Por ejemplo, algunos aprenden rápidamente a abrir los pestillos de su cuadra y escapar, otros incluso aprenden a abrir las puertas de los demás caballos y dejar salir a sus ocupantes. Esto requiere planificación y comprensión del resultado de su acción. La habilidad de prever muestra una facultad de pensar de gran nivel, y aunque el caballo no sea capaz de planificar y prever hasta el extremo humano, conocen el tiempo y saben que ciertas cosas tienen lugar a una hora determinada del día, por ejemplo la de la comida. Si un caballo tiene sed, ha de pensar para ir a donde está el agua, si está en el campo a la hora de la comisa, muestra capacidad pensativa al acercarse a la verja y mostrarse expectante en la dirección de donde saldrá la persona con su comida.
Por ejemplo, para saltar una serie de obstáculos, el caballo debe concentrarse, pensando en las ayudas que le está dando su jinete y qué significan- más impulso, girar, reducir…- y debe comprender cuál es el próximo salto que su jinete pretende saltar. Entonces debe organizar sis propios trancos, o quizá regularlos de acuerdo con las instrucciones de su jinete, para saltar desde el punto exacto. Solamente el caballo mismo puede decidir, pensando rápidamente, como impulsarse al aire, a qué altura debe saltar. Esto requiere bastante juicio, e incluso con experiencia y práctica, no puede hacerse sin un pensamiento claro.
PODER DE RAZONAMIENTO
Se dice muchas veces que el caballo no tiene poder de razonamiento, en el sentido de estudiar un problema o una situación y resolverla. Mucha gente de larga experiencia en el mundo del caballo, lo deniegan, sabiendo por propia experiencia que los caballos saben resolver problemas. En un experimento informal, se les dio de comer a unos caballos en cubos con tapaderas sueltas que debían retirar para poder comer. Casi todos los caballos claramente consideraron la situación, y de diferentes maneras tranquilamente quitaron las tapaderas. Solamente unos pocos golpearon los cubos de manera frustrada, sin mostrar capacidad de pensar para resolver el problema.
REACCION ANTE UNA AMENAZA

Un caballo enfrentado con algo que representa una amenaza o realmente peligroso, analizará la amenaza y responderá de acuerdo con la seriedad percatada del peligro. Al principio mostrará la “respuesta de alarma”: levantara la cabeza, pondrá las orejas hacia adelante y abrirá bien los ojos para ver todo lo que pueda. Su cuerpo está tenso y el tren posterior se mete más debajo de su cuerpo para pasar su peso hacia delante por si el peligro es tal que deba dar media vuelta y salir galopando.
En el caso, por ejemplo, de un intruso, el caballo decide defender su territorio, y probablemente moverá su cabeza de manera agresiva, con la cabeza hacia atrás, las fosas nasales fruncidas, y quizá enseñara los dientes como aviso de su intención de atacar si el intruso no retrocede. Si el intruso es un macho y no retrocede, se enzarzarán en una lucha. Ambos caballos mantendrán una expresión de ira y agresión y de morderán mutuamente donde puedan. Los machos en particular, se elevarán de manos, intentando situarse sobre el dorso de su rival para derrumbarlo al suelo donde podrá pisotearlo y darle patadas. También se dan patadas mutuamente, girándose rápidamente y atacando con ambos pies a la vez. Este tipo de ataque es más frecuente en las yeguas.
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