El Caballo de Troya
- AlGalope
- 7 feb 2018
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 8 feb 2018
La ciudad de Troya había sido asediada durante diez años, por los atacantes griegos, encabezados por Agamenón, Ulises y otros no habían podido aún lograr salvar los muros de la ciudad. El mayor de los griegos, Aquiles, había caído en la batalla, muerto por una flecha que atravesó su talón. Ulises, viendo la situación, vio que la ciudad jamás podía ser tomada por la fuerza, por lo que hacía falta algo mejor…
Los griegos construyeron un enorme caballo de madera y se alojaron en el interior con sus mejores guerreros. La figura del caballo era simbólica. Se trataba de uno de los símbolos de Atenea, diosa de la guerra que había apoyado a los griegos en su acoso a Troya. Además, en algunas leyendas la figura del caballo era sagrada para los troyanos.
Una vez que se acabó de construír el caballo y los guerreros griegos se escondieron dentro, el resto de los griegos simulaan que navegaban bien lejos, hasta Grecia, renunciando a la guerra, cuando en realidad a donde se dirigieron fue a la cercana isla de Tenedos a ocultarse y esperar acontecimientos.
Los troyanos no sabían muy bien qué hacer con el caballo. Algunos sospechaban algo, sobre todo porque conocían perfectamente la astucia de Ulises. Laocoon, sumo sacerdote de Poseidón, era uno de los hombres que no se fiaban nada del animal. No se cansó de advertir que no podían confiarse de los griegos, aun siendo un regalo como era. Incluso lanzó su lanza sobre el caballo, quedando clavada en la madera.
Los troyanos pudieron ver una prueba más del enfado de Atenea con los griegos. La diosa envió dos grandes serpientes marinas a la ciudad, donde Laocoonte estaba sacrificando un toro al dios Poseidón, las serpientes devoraron primero a sus dos hijos, y luego más tarde al propio Laocoonte. Los troyanos creyeron que aquello fue en represalia por haberle arrojado la lanza a su caballo así que decidieron tomar el caballo dentro de sus murallas, con el fin de apaciguarse con la diosa.
Con el caballo ya dentro de las murallas de Troya, el ejército griego regresó de Tenedos por la noche sin ser visto. Cuando toda Troya dormía, Sinon liberó a los soldados que estaban en el interior del caballo, y así se inició la destrucción de la ciudad. Los soldados abrieron las puertas a sus compañeros, y Troya cayó esa misma noche en manos griegas.

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