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Los Caballos más bonitos: Árabe

  • Foto del escritor: AlGalope
    AlGalope
  • 13 abr 2018
  • 2 Min. de lectura

El árabe es de pura raza más antiguo del mundo. Según parece la raza evolucionó a base de los caballos salvajes prehistóricos que se extendieron por Asia hasta Oriente Medio. Pinturas rupestres en el sur de Libia de hace 8.000 años, muestran un caballo que posee una notable similitud con el árabe moderno.

El árabe fue capturado y domesticado en varios países, y se han desarrollado varias líneas con unas ligeras diferencias en tamaño y aspecto según las condiciones locales. No obstante, los caballos de los árabes beduinos son los más famosos, y la línea del desierto se considera el árabe de élite, u original.

Los beduinos querían caballos suficientemente fuertes para sobrevivir en las duras condiciones del desierto y lo más hermosos posible para sentirse orgullosos de ellos, y han criado sus caballos selectivamente durante varios siglos, quizá durante 2.000 años. Las yeguas se escogían por su resistencia y su valor, y los sementales por su belleza e inteligencia. Los beduinos siempre han sido muy severos con la pureza de las líneas; únicamente los caballos “asil” (puros) podían cruzarse con otra línea de caballos “asil”. Criaban sus caballos con consanguinidad para fijar las características de la raza, a diferencia de los europeos, que siempre han creído que la consanguinidad produce debilidad.

La religión islámica tuvo gran influencia en la evolución de la raza. Cuando el imperio islámico comenzó a extenderse en el siglo VIII, el profeta Mahoma mostró la importancia de poseer caballos duros, rápidos y ágiles para la batalla. Instruyó a sus seguidores a poner mucha atención n el cuidado de sus caballos, y dejó escrito que por cada grano de cebada que un hombre diera a su caballo, le sería perdonado un pecado en el cielo.

La expansión del imperio islámico llevó al árabe hasta la Europa del Oeste, donde pronto se vio su superioridad en la batalla sobre los pesados caballos europeos. Cuando los moros fueron expulsados de España, los caballos árabes que permanecieron en la península fueron cruzados con caballos nativos para producir un nuevo tipo de caballo de guerra, el español, que también se conoce como caballo Andaluz, rápido y muy ágil. La reputación del árabe en cuanto a su resistencia, velocidad y agilidad se extendió rápidamente, y pronto había una gran demanda en toda Europa para cruzarlos con caballos locales.

El factor dominante del árabe para reproducir su conformación y solidez, su acción ligera y flotante, su resistencia y carácter noble en toda su descendencia, lo han hecho muy popular para fundar y refinar otras razas, con le resultado que ha tenido más influencia en toda la cabaña equina mundial que ninguna otra raza. Todos los caballos de sangre caliente llevan sangre árabe, así como muchas razas de ponies, e incluso algunas razas de tiro.

El árabe sigue siendo tan popular como siempre, y existen ganaderías de caballos árabes en todo el mundo. No obstante, existe el peligro que una producción indiscriminada para cumplir tanta demanda, lleve a deteriorar la raza.

Además de su popularidad para aportar sangre a otras razas, el árabe es un buen caballo de silla. Y aunque el pura sangre árabe no se utilice para la exhibición de salto o completo, es perfectamente apto para competiciones como las pruebas de resistencia.



 
 
 

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